TRES REYES (05/01/2013) El Matadero

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En el desierto de Abu Dhabi, un convoy compuesto por vehículos todo terreno Hummer, avanza a través de una tormenta de arena. En el centro de la comitiva se encuentran tres transportes blindados en cuyo interior viajan enviados de la ONU con un propósito claro.

En los últimos meses, la situación en Oriente Medio había dado un vuelco radical. Una nueva corriente ideológica surgida entre el caos político reinante había sido capaz de embaucar a los lideres tribales, que hasta ese momento se encontraban enfrentados en guerras internas. Al frente de ésta, se encontraba un hombre carismático, con un gran poder de masas, el "LIDER".

El descontento de los traficantes de armas internacionales era extremo; veían que. poco a poco, su mercado de oriente dejaba de dar los beneficios esperados. Esta situación no podían tolerarla. Por este motivo, tras una de las reuniones más insólitas entre los grandes capos de la mafia internacional (antaño enfrentados y ahora unidos por un fin común), decidieron poner solución a su problema; el "Proyecto Aniquilación Total" se puso en marcha.

Puesto que no conocían la localización, ni la identidad del llamado "LIDER", decidieron controlar los movimientos de la ONU (principal protector del nuevo personaje) en sus territorios. El primero de ellos no tardó en llegar; una caravana de vehículos, con las siglas azules de la Organización internacional, había partido de la base aérea aliada en la zona, adentrándose en el desierto y con destino desconocido.

Los mercenarios Tuareg conocían bien el terreno, no iba a ser difícil capturar a los emisarios. Protegiéndose de la tormenta de arena con sus turbantes azules, un contingente de hombres del desierto observaba, desde lo alto de la gran duna, el lento discurrir de la procesión de vehículos; a una señal de sus jefes, comenzaron el descenso hacia su objetivo.

El conductor del Hummer que habría la marcha, era incapaz de ver más allá de unos pocos metros delante de su parabrisas, por lo tanto, no pudo dar la alarma del ataque. Para cuando pudo darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, fue demasiado tarde, para él todo había acabado. En cuestión de minutos el contingente diplomático había sido desmantelado; dos de sus enviados fueron capturados y, el tercero, consiguió huir dentro de la tormenta, tras él, un pequeño grupo de soldados que ahora serían su única escolta; su pasado militar le obligaba a no abandonar a sus compañeros, tenía que volver a por ellos.

Siempre se ha dicho que en un gallinero no puede haber dos gallos y este era el caso dentro de las fuerzas mercenarias. Un representante fue capturado por el jefe Suni Nuri al Maliki; el otro por el mufti Mehdi al Sumaidai. Estos lideres eran enemigos entre si y querían hacer negocio con esta operación. Aquel que consiguiera tener en su poder a los tres Infieles cobraría una gran cantidad de dinero.